Llevaba mucho tiempo queriendo viajar a Palencia, tierra de mi abuela Luisa y con un románico espectacular, así que nos decidimos a ir la
semana del 1 al 4 de diciembre de 2023.
De camino paramos en San Juan de Baños (Venta de Baños) basílica visigótica fundada por Recesvinto en 661, la visita guiada cada 30 minutos y a puerta cerrada (2 euros) es muy interesante y
justo enfrente se encuentra la fuente milagrosa donde la leyenda dice que el
rey, muy enfermo del riñón, bebió su agua y se curó y eso lo decidió a fundar
la iglesia.
Seguimos el camino hacia Palencia capital, solo poco tiempo de camino al norte, pero pudimos disfrutar de los edificios
modernistas de su calle Mayor porticada como el de la Diputación con una
escalinata imponente, el Mercado de Abastos, el colegio de Villaldrando con un
espectacular mosaico de Zuloaga en su fachada, el edificio Arroyo y Gallego,
actual oficina de turismo, que era el estudio de uno de los más importantes
arquitectos de la época etc.
Visitamos la catedral de San Antolín, la segunda catedral gótica
de España en tamaño fundada por Wamba en el 672. Conviene visitar la cripta de
San Antolín, tiene los cimientos de la inicial iglesia visigoda y su
continuación en románico. También se puede ver el pozo milagroso que
actualmente se tiene que drenar porque inunda la iglesia y perjudica a los
cimientos. En la capilla central detrás del altar, se encuentra la capilla del
sagrario que alberga los restos de Dª Urraca, reina de Navarra y el sepulcro de
Dª Inés de Osorio, a la que se acostumbra tocar su trenza para tener suerte en
el amor o los estudios. Es una catedral para dedicarle mucho tiempo porque está
llena de detalles espectaculares, En su fachada exterior se puede observar una
gárgola reciente de una mujer fotógrafa.
Nos quedamos sin ver el
convento de la Clarisas o el de San Francisco por estar cerrados. Comimos en un restaurante al
lado de la Diputación: restaurante Goyanza un menú no demasiado caro. Bien.
Seguimos de camino y paramos
esta vez en Alar del Rey donde se inició el canal de castilla, se puede ver
toda la canalización del río Pisuerga y las dársenas e incluso la mazmorra
donde recluían a los maleantes.
Llegamos a nuestro destino Aguilar de Campoo. Nos
alojamos en el hotel Rural Maison del
Barón de la Galleta en Quintanilla de las Torres, al lado de Aguilar. El
hotel muy bonito, cuidado y la atención estupenda, lo mismo que los desayunos.
Dimos una vuelta por Aguilar, pueblo famoso por sus fábricas de galletas (Gullón y Siro) accedimos al
casco histórico por una de sus puertas que da acceso al barrio de la judería,
la Puerta de Reinosa y paseamos por sus
calles porticadas en la plaza central, allí también se encuentra la Colegiata
de San Miguel y muchas casonas como la casa de los siete linajes (sede inicial
de las galletas Fontaneda) y otros palacios señoriales como el de los marqueses
de Aguilar. En lo alto se puede observar el castillo y la Iglesia de Santa
Cecilia.
Cenamos en el Perro de San
Roque, un restaurante pequeñito pero con una cocina muy interesante.
2 de diciembre
Empezamos nuestra visita al
románico visitando la Iglesia de Santa Cecilia de
Aguilar, pero estaba cerrada y nos
conformamos con el exterior.
Posteriormente nos dirigimos
al Monasterio de Santa Mª la Real, destrozado después de la desamortización y
reconstruido en su mayoría, visitamos su imponente claustro y vimos un
audiovisual sobre su historia, la reconstrucción se llevó acabo por Peridis.
Interesantes capiteles aunque los mejores se encuentran en el Arqueológico.
Nos dirigimos hacia Barrio de San Pedro donde pudimos ver
algunos restos románicos de la Iglesia
de San Andrés, cerrada, seguimos hacia
el pueblo siguiente Barrio de Santa
María, a ver la preciosa Ermita de
Santa Eulalia, pequeñita en lo alto de un promontorio y con un ábside muy
bonito, tiene pinturas en el interior que no pudimos ver al estar cerrada. Se puede concertar la visita de esta o otras iglesias con la Fundación Nartex (+34 616 520 509)
Nuestra siguiente parada fue
en Vallespinoso de Aguilar, un
pueblecito de la montaña donde pudimos subir a ver la Iglesia de Santa Cecilia, afortunadamente el acceso era libre y
pudimos ver su precioso pórtico esculpido y un interior austero con altar de
piedra. La iglesia está construida a diferentes niveles en una peña y con
restos de una muralla anexos.
Seguimos a Olmos de la Ojeda donde pagando una
entrada de 4 euros pudimos ver la Iglesia
de Santa Eufemia de Cozuelos o Cozoyos, actualmente de propiedad privada y
tardo románico, la parte del altar y abside es románica y la nave gótica, sede
de la orden de Calatrava y con un pequeño museo en el interior. El guía muy
peculiar.
Comimos en Alar del Rey en un
bar-terraza llamado Vino y Rosas, comimos una buena morcilla y cecina.
Por la tarde fuimos a Santibañez de Ecla a ver el Monasterio cisterciense de San Andrés de
Arroyo, habitado todavía por siete monjas que elaboran unos estupendos
dulces ( los Raquelitos) y venden
hortalizas. Se hace la visita con una de las monjas y lo más espectacular en el
claustro con unas columnas muy elaboradas. Muy agradable.
Nos acercamos a Moarves de Ojeda donde pudimos ver el
impresionante pórtico de la iglesia de
San Juan Bautista. Con un friso con el pantocrátor en el centro y luego los
doce apóstoles a ambos lados. Precioso y si le da el sol, más ya que la piedra
está recubierta de un metal que le da un tono dorado.
Seguimos por la montaña
palentina con un paisaje de rocas calizas, parte del Parque geológico de las
Loras, impresionantes los macizos rocosos, llamados por la gente de la zona“ las tuerces”, alternados con planicies
verdes de siembra.
Nos acercamos a Santa María de Mave, iglesia de piedra
rojiza que originariamente era también un convento y ahora es un hotel. La pena
no poder verla por dentro ya que estaba cerrada.

Domingo 3
Decidimos ir más hacia el
norte esta vez. Paramos en Perazancas
donde se encuentran la Iglesia de la
Asunción y la Ermita de San Pelayo,
muy pequeñita y coqueta y con pinturas en su interior, pero hay que llamar para
que te la abran.
Hacia la montaña palentina y
pasando por valles preciosos llegamos a San Salvador de Cantamuda, es una
iglesia de piedra rojiza con una imponente espadaña con campanario. Llamando te
la abre un señor que no es guía. ( se deja un donativo) Tiene un altar con columnas y unos capiteles muy
interesantes.
Nos dijeron que había una
abadía más hacia arriba de la montaña, la Abadía
de Levanza, es el último pueblo ya en la montaña. La abadía es un albergue
escolar o para retiros en verano y es de tipo neoclásico, estaba cerrada pero
el paisaje ganadero de la comarca de la Pernía merecía mucho la pena.Bajamos la montaña hacia
Cervera de Pisuerga y nos desviamos un poco hacia Verdeña porque hay una senda del Bosque fósíl, pero decidimos
no ir por el mal tiempo y nuestra falta de equipación.
Ya en Cervera de Pisuerga visitamos sus calles porticadas y casas
blasonadas, también entramos en la casa de parque natural de la montaña
palentina dedicada al oso
principalmente. Entramos a comer en un barcito donde estaban haciendo una “Olla
ferrroviaria” (un guiso de patatas con carne y setas) que nos entonó el cuerpo
porque hacía mucho frío. Comimos un menú en un
restaurante del pueblo llamado La Parada, bien y abundante
Compramos los famosos
“Socorritos” ( unos lacitos de hojaldre recubiertos de azúcar glasse o
chocolate) en la confitería Uko donde se originaron, ya habíamos comprado los
Raquelitos que son casi iguales en el monasterio. Parece que Raquel, la
creadora se metió a monja en el monasterio de San Andrés del Arroyo y allí les
enseñó a las monjas a hacer los Raquelitos, luego se tuvo que salir y con su
hermano creo la confitería actual.
De vuelta hacia debajo de
nuevo paramos en Catrejón de la Peña
donde tienen una impresionante iglesia gótica y en la montaña o peña que hay en
el pueblo se pueden ver las ruinas de lo que fue una explotación minera de
carbón.
En el pueblo cercano de Pisón de Castrejòn se encuentra la
iglesia de La Asunción del siglo XII, que mezcla románico y gótico, con un
pórtico con friso muy parecido al de Moarves, pero este está protegido por un
porche enorme del XVIII y es más gótico.
En Villanueva de la Torre se puede ver una Torre medieval y la iglesia románica de Santa Marina, la
iglesia tiene unos capiteles interesantes, una talla de la virgen románica y
sobre todo un campanario en su espadaña al cual pudimos subir porque tuvimos la
suerte de toparnos con unos lugareños que tenían la llave y subían a arreglar
algo del campanario.
Lunes 4 de diciembre
El lunes era nuestro día de
partida y decidimos ir a ver algunas cosas que nos habíamos dejado, teniendo en
cuenta que casi todo cierra en lunes.
Nos dejamos para otra vez ir
a Cervatos, ya en Cantabria y de camino a Reinosa, es una iglesia con
canecillos muy eróticos, parece ser. Tampoco vimos la Cueva de los Franceses,
una gruta con estalactitas etc. y unos miradores muy espectaculares.
Lomilla:
Vimos la iglesia de San Esteban, está
en una loma en lo alto del pueblo y no nos pareció muy interesante.
Habíamos dejado el Eremitorio de San Justo y Pastor en
Olleros de Pisuerga, una iglesia románica excavada en la roca que tenía muy
buena pinta, pero los lunes y martes cierran.
La siguiente parada era Becerril de Carpio, donde había varias
iglesias, vimos solo la de San Vicente,
porque las demás no merecían demasiado la pena por su deterioro.
Seguimos de camino hacia Carrión de los Condes, que nos defraudó
un poco. Está en el camino de Santiago y lo primero que visitamos fue la Iglesia de Santa María del Camino, con
una mezcla de estilos muy interesante. Vimos también la Iglesia de Santiago con su impresionante pórtico, pero estaba
cerrada. Es un sitio para visitar de
nuevo y más detenidamente.
En Villalcazar de Sirga hay una impresionante iglesia de origen
templario Santa María la Blanca, de
enormes dimensiones parece que en su interior alberga sepulcros muy elaborados de príncipes e
infantes castellanos. La vimos solo por fuera.
La siguiente parada fue en Simancas, donde vimos el archivo por
fuera. Un edificio de estilo herreriano que fue palacio y que alberga el
archivo histórico desde tiempos de Carlos I. Comimos en el asador Las Tercias
bastante bien.
La última parada fue en
Tordesillas para comprar polvorones El Toro y unas morcillas y volver a casa.
Nos quedaron por ver
bastantes cosas y sobre todo para otra vez dejamos la comarca del Cerrato, cuna
del origen de mi abuela Luisa