Viajamos a Soria el fin de semana
del 28 de febrero al 2 de marzo de 2025.
Viernes 28
De
camino paramos en Medinaceli, ya en Soria. Es una población situada en lo alto de
una colina y con un pasado muy interesante. Ya habíamos estado antes, pero de
paso decidimos parar un poco más. Lo primero que destaca nada más llegar es
su magnífico Arco Romano, construido
ente los siglos I y III, único con tres arcos.
Medinaceli fue también celtíbera
y frontera entre musulmanes y
cristianos. De la época árabe conserva restos de su alcazaba, donde se dice que
murió Almanzor, posteriormente Castillo y residencia de los condes de
Medinaceli., un pozo de nieve y un arco muy derruido en los restos de la
muralla. También destaca la Colegiata de
Nuestra Señora de la Asunción, que no pudimos ver por estar cerrada.
Después
de parar a tomarnos una torta de chicharrones en la panadería de Diego
caminamos por sus callejuelas y llegamos a la enorme Plaza Mayor, cuadrada y porticada, se edificó sobre el antiguo foro
romano y contiene el Palacio Ducal
renacentista y la Alhóndiga, ambos del siglo XVI.
Seguimos caminando y
llegamos al convento de Clarisas, junto a la iglesia de San Martín y que sigue
funcionando.
Compramos
un estupendo tarro de miel de la zona, tomamos un café en el bar Romano II y
seguimos nuestro camino.
Llegamos
a Soria, nos alojamos en el hotel
Cortabitarte, muy céntrico, en la calle del Collado, al lado de la plaza
Mayor. El hotel pequeño y muy renovado es cómodo y tiene un buen desayuno. Nos
vamos a recorrer un poco el centro y paseamos por la calle del Collado,
atravesamos la plaza de los Doce Linajes y paramos a tomarnos un vino viejo con
una tapa de queso de Oncala en la Taberna de vinos Lázaro, es una
taberna antigua muy chula que nos recuerda un poco a la taberna Ricla de
Madrid.
Llegamos
a la plaza de Ramón Benito Aceña y comimos en La Plaza del Olivo nuestros
primeros torreznos. Volvemos sobre nuestros pasos y al lado de la plaza de los
Linajes nos tomamos un café y hojaldres de mantequilla en la cafetería Nuevo
York.
Después de un descanso nos vamos a
recorrer la ciudad. Visitamos San Juan
de Rabanera por fuera con la anexionada Portada Románica de San Nicolás.
La
Plaza Mayor es cuadrada y
antiguamente fue mercado y plaza de toros, en ella se encuentra la Casa de los Doce Linajes actual sede
del ayuntamiento, del siglo XVI y con el escudo de los mismos en su fachada (
es un escudo redondo con la figura de Alfonso VIII en el centro y los escudos
de las doce familias nobles de la ciudad alrededor, recuerda mucho a la tabla
redonda de Arturo ya que la mujer de Alfonso era Leonor Plantagenet), en el
centro de la plaza está la estatua de los leones donada por Carlos IV a la
ciudad.
En uno de los laterales está Santa
Mª la Mayor,
de origen románico y con muchas transformaciones posteriores
sobre todo del siglo XVI. Tiene un imponente retablo de Francisco Agreda de la
escuela de Juan de Juni. También merece ver la pila bautismal en un ábside del
XII y una lauda funeraria mudéjar en una de las paredes. Hay también sitiales
de un coro repartidos por todo el templo.
A
la salida se puede ver una estatua de Leonor ya que allí se casó con Antonio
Machado y allí también se celebró su funeral.
Cerca
de allí se encuentra el majestuoso Palacio
de los Condes de Gomara, palacio renacentista construido sobre otro
antiguo, hoy actual palacio de Justicia, fue construido después de que Carlos
II les concediera el título, es un palacio enorme ( 109 metros de longitud) con
arcadas propias que comunican dos calles. El Conde tenía gran poderío en la
mesta y se cree que el proyecto era
incluso más grande. Se incluye un medallón en su fachada principal de la que
sobresale la estatua de la mujer del conde asomándose por una ventana.
En
la plaza del Vergel se puede ver el Antiguo
instituto fundado por los jesuitas en el siglo XVIII que fue donde dieron
clase de francés Antonio Machado y de literatura Gerardo Diego. Alberga una
exposición permanente sobre Machado y al lado una escultura del autor. En
la adyacente calle Aduana Vieja se pueden ver muchos palacios de estilo
renacentista, uno de los cuales es el actual archivo histórico.
La
siguiente visita es la iglesia de Santo
Domingo, románica con una impresionante fachada del siglo XII donde se
pueden ver estatuas a ambos lados de los fundadores de la iglesia Alfonso VIII
y Leonor Plantagenet y un pórtico con diferentes
arquivoltas con los evangelios, la vida de Jesús, el antiguo testamento e
incluso los evangelios apócrifos con la muerte de Caín. En el centro se
encuentra el pantocrátor con la trinidad paternitas Dios tiene a Jesús sentado
en vez de la Virgen. La iglesia-convento de Clarisas tuvo reformas del XVII y es donde están enterrados
los Marichalar.
En
la misma calle de nuestro hotel paramos en el antiguo casino La Amistad, un centro de reunión social un poco
abandonado y pasado de moda, pero con algo de aquellos cafés de reunión de las
provincias en el siglo XIX, el su tercer piso tiene una exposición dedicada a
los poetas sorianos, pero es de pago y hay que reservar. En la cera hay una
estatua de Gerardo Diego senado tomando un café.
Para
cenar nos fuimos a la plaza Mayor, que está llena de restaurantes y bares,
cenamos en Casa Augusto
estupendamente: setas marzuelas, una tapa micológica con trufa y alcachofas y
ensalada de pimientos caseros y ventresca. Este sitio es especialista en
torreznos, que les han premiado muchas veces
Sábado 1
Nos
despertamos con la sorpresa de una nevada, pero no nos disuadió de seguir
visitando lo que queríamos.
Visitamos
San Juan de Duero, ya lo habíamos
visto en otra ocasión, pero ver ese claustro con un manto de nieve nos resultó
precioso, la entrada gratuita los domingos. Esta vez pudimos visitar el
interior y un guarda fue muy amable y nos explicó algunas cosas, como los
sepulcros adosados a la pared exterior etc. Fundado en el siglo XII por monjes
hospitalarios venidos de Tierra Santa, tiene muchas influencias en los arcos
del claustro y en su interior con dos templetes con capiteles espectaculares y
que recuerdan las iglesias turcas.
Luego
nos dirigimos a San Saturio, desde los restos de la iglesia de San Polo,
antigua iglesia templaria, actualmente en manos privadas y de la que solo se
conserva un poco de la fachada y un pasadizo que nos da acceso al paseo por la
alameda al lado del Duero. Con mucho cuidado por el estado del suelo con la
nieve atravesamos ese precioso paseo y llegamos a San Saturio, ermita fundada en el siglo XVII sobre el eremitorio al
que se retiró el santo en un entorno natural espectacular que mezcla gruta en
la montaña con el paisaje del río y el
bosque de álamos.
Se accede por la gruta y se van subiendo pisos donde podemos
ver un espacio donde se reunían el consejo de la ciudad para tomar decisiones,
una pequeña capilla donde rezaba el santo, la habitación del “santero” que era
quien cuidaba del lugar y salía a pedir limosna con un candil para mantenerse.
Al final llegamos a la iglesia, de planta octogonal y con preciosos frescos de
sobre la vida y milagros del santo.
De
allí vamos a la Concatedral de San Pedro,
una iglesia medieval en origen y muy mal iluminada (para ver el retablo
iluminado hay que pagar y tampoco se ilumina mucho). El acceso al claustro
románico también hay que pagarlo ( 2 euros), pero merece la pena. Tiene buenos
retablos y fue reconstruida en el XVI después de que se cayera al caerse una
columna.
Comemos
en el Meet Gastrobar, frente a la Alameda de Cervantes, el servicio un poco
antipáticos y un poco caro el menú fin de semana, no puedes pedir por carta.
Tomamos unos canelones de morcilla, fideua de verduras y bacalao con ajo negro,
nos pusieron de entrante unos saquitos de patos trufado con salsa de plátano
que eran parte de la feria de la trufa.
Por
la tarde nos vamos a visitar el Museo
numantino, (gratis los fines de semana, 1 euro el resto de días
merece mucho la pena para saber los orígenes
de la provincia y sus pobladores, muy bien organizado en dos plantas y muy
didáctico. Al salir nos damos un paseo por el parque de la Alameda de Cervantes
que está justo al lado. Con unos bancos corridos muy modernistas destaca en el
centro un templete de música de hierro con un árbol en el medio. Un espacio
estupendo para el paseo sobre todo en verano.
Después
nos fuimos ver el desfile de carnaval y la actuación de uno de los grupos de
música disco que había en la plaza mayor. Para cenar unas pizzas artesanas (
pizza de queso de cabra con miel y pizza de morcilla y manzana) en La Pizzoleta
en la calle Numancia 3.
Domingo 2
Dejamos
Soria y nos dirigimos a ver Berlanga de Duero. Con visita guiada ( 3 euros) a la Colegiata de Santa María del
Mercado.

Un templo gigantesco gótico renacentista construida por Juan de
Rasines y financiada por los Tovar- Fdez
de Velasco. Tiene un imponente retablo de madera no policromada y varias naves
destacadas como la de los sepulcros de los hermanos Bravo de Laguna, la capilla
de los cristos, o la de Santa Ana con un estupendo retablo flamenco. A l
entrada se encuentra el famoso lagarto de Fray Tomas, traído por el mismo Fray
Tomás de Berlanga (descubridor de la Galápagos y naturalista) desde Panamá y que da nombre a unos de los
dulces de mantequilla de la zona que se pueden adquirir en la confitería El Torero
de la Plaza Mayor. En lo alto de una loma se pueden observar las ruinas del
castillo de los señores de Berlanga y alguna fachada del XVI interesante.
Cerca
de Berlanga se puede visitar la pequeña Iglesia de san Baudelio en Casillas de
Berlanga, por fuera parece un ermita simple construida encima de una roca, pero
lo increíble está en el interior, es una iglesia prerrománica con influencia mozárabe
y con improntas de pinturas murales románicas (actualmente en nueva York) y
restos de algunas de ellas . Destacan las figuras de un elefante y de un dromedario,
escenas de la vida cotidiana y vegetales. Hay arcadas de herradura que sujetan un coro y
una impresionante columna en el centro con forma de palmera.
De
allí nos vamos a Burgo de Osma en lo que fue hospital de San Agustín de tipo alcazar(
S XVI) se encuentra el centro de turismo
y se puede observar una capilla policromada, en dirección a la plaza mayor
atravesamos la calle Mayor porticada en uno de sus lados se puede ver la casa del obispo con un precioso arco
renacentista y lo que fue la antigua universidad,
Esta calle desemboca en la plaza Mayor sobre la
que se erige la Catedral, siguiendo hacia adelante y cruzando la portada de acceso
llegamos al puente romano sobre el río Ucero desde el que se divisa el
castillo.
Comemos en uno de los asadores de la Calle Mayor: Casa Marcelino. Una rica sopa castellana y una carne estupenda.
Por la tarde habíamos concertado la visita guiada a la
Catedral de la Asunción de la Virgen. Edificio gótico (1232) construido sobre otro románico por el obispo San Pedro de Osma. Tiene una sala capitular románica que contiene el sepulcro policromado de San Pedro de Osma y que había permanecido oculto tras una pared, a la salida de la sala se puede ver la imponente escalera monumental parecida a la de la catedral de Burgos. La capilla mayor tiene un retablo de Juan de Juni dedicado a la virgen y hay muchas capillas alrededor de la girola que merecen la visita como la del Beato Palafox construida y diseñada por Sabatini.

El
museo de la catedral contiene un códice del Beato de Liebana (1086) con un mapamundi muy
curioso. Merece la pena la visita guiada ya que te
abren todas las capillas y las iluminan.